Muy poco de lo sucedido entre las 4.30 y las 8 aprox nos debe de llenar de orgullo. Desde estas lineas vamos a condenar cualquier tipo de violencia, haya sido quien haya sido el responsable del desaguisado. A mi no me gusta un pelo cuando en tan lamentables incidentes está presente la afición de mi equipo. Si empezamos nosotros, porque no supimos perder, si fueron ellos, no saben ganar, da igual. Pero lo que sí fue es evitable, y muy sencillo, no dejando dos aficiones muy rivales en la misma grada, como decimos en mi pueblo "no se le ocurre ni al que asó la manteca".
Pero bueno, hablemos de fútbol. Me da la impresión de que el Oviedo jugó a lo que quiso el Racing, ni mas ni menos. Primera parte muy igualada aparentemente, las oportunidades mas claras las dispuso el Racing, Koné al minuto 5 se planta ante Orlando y este salva el 1-0 y se lesiona. Salió Pol a sustituirle.
El Oviedo sólo tuvo dos tiros de Susaeta y Alain flojos, lejanos y desviados, para irnos al entretiempo con un susto en un tiro de fuera del área que salió lamiendo el poste.
En la segunda parte el Rácing salió a por el partido, tuvo una clara ocasión nada mas empezar que sacó Pol, pero si en 5 minutos te plantas ante el portero varias veces sólo, acabas marcando, y así lo hizo Miguelez, elevando el balón con clase ante la salida de Pol, golazo que dejaba al Oviedo grogui.
Al poco tiempo, pérdida de balón de Héctor Simón que dejaba a Koné solo ante Pol y 2-0. Incontestable. El Rácing se limitó a estar atrás guardadito y sin pasar peligro, si hay que destacar una oportunidad azul, quizá una de Alvaro que remató dentro del área suave y al portero.
El Oviedo vuelve a decepcionar en el desplazamiento masivo de la afición azul, perdiendo cualquier remota opción de finalizar 1º, y complicándose la vida en el objetivo que nos queda (y que no es poco), finalizar la competición entre los 4 primeros.
Parte de la afición azul desplazada ayer a El Sardinero.
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