martes, 3 de octubre de 2017

Real Oviedo 2 Real Zaragoza 2

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Cuarta vez en 7 jornadas que al Real Oviedo le levantan un resultado favorable. Juan Carlos no sujeta el 2-2 y nos salva en la segunda. Real Zaragoza superior.





Real Oviedo (2): Juan Carlos, Christian, Cotugno, Carlos Hdez, Héctor Verdés, Ramón Folch, Forlin, Aaron Ñiguez (Mossa 75'), Saúl Berjon (Owusu 62'), Pucko (Rocha 70') y Toché.

Real Zaragoza (2): Christian, Delmàs, Diogo Verdasca, Ángel, Mikel González, Buff (Guti 79'), Aleix Febas (Alain Oiarzun 86'), Zapater, Toquero (Papu 70'), Eguaras y Borja Iglesias.

Goles: 1-0 Aaron 6', 2-0 Toché 27', 2-1 Mikel González 30', 2-2 Zapater 39'.





Al final ni chicha ni limoná, ambos equipos se van sin dar una importante escalada en la tabla y los dos contendientes se van con la sensación de que tuvieron el partido de su lado. Hoy el Real Oviedo desperdicio una ventaja de 2-0 favorable para terminar pensando que el punto final no es malo, y por el otro lado los de Natxo González tuvieron al Real Oviedo contra las cuerdas en la segunda parte.

El partido comenzó con un Zaragoza que quiso dominar más y en el minuto 5 disponía de una muy clara ocasión en un libre directo de Zapater con la derecha y al palo corto que entre Juan Carlos y el poste desbaratan. Pero la respuesta era contundente, impecable libre directo desde unos 20 metros de Aaron Ñiguez con la derecha que se colaba por la escuadra izquierda de Christian.

El tanto, uno de los goles de la jornada, iba a sentar bien a los de Anquela, que desplegaron sus mejores minutos sobre el césped del Tartiere, incomodando y sembrando dudas en la zaga visitante, que dio una primera muestra de inseguridad en una jugada tonta en la que Christian estuvo muy cerca de dejarle el balón a Toché con la portería vacía, pero el de Santomera no encontraba los 3 palos.

Poco después un falló defensivo entre el central y el portero Christian dejaba un balón muerto para que Toché, en boca de gol, empotrase el esférico contra la red, 2-0 antes de llegar a la media hora.



Pero hoy el Real Oviedo se equivocó cuando lo tenía a huevo, dejo la pelota al Zaragoza merodeando 3/4 de campo, y eso con gente de calidad como Buff, Toquero, Borja Iglesias o Zapater, es una auténtica temeridad.

Media hora de juego y el equipo blanquillo iba a entrar en el partido, Buff pone un buen balón en el segundo palo y Mikel González empala picado, tocando Verdés desviando y haciendo el 2-1.

El tanto maño descolocó definitivamente al equipo azul, que desapareció durante mucho tiempo del césped, en el 39 de partido un libre directo bien pegado por Zapater a la escuadra derecha de Juan Carlos encontraba la colaboración del meta Balear, en esta jugada no estuvo a la altura, pero en la segunda nos salvaría en varias ocasiones.

En la segunda parte el equipo estuvo muy perdido, con un Zaragoza que penetraba en las bandas con peligro, pasada la hora de juego Buff ponía un balón entre líneas a Borja Iglesias que disparaba para salvar el resultado Juan Carlos, acción que repetiría posteriormente a tiro de Ángel, con un despeje que Borja Iglesias no llegaba a puerta vacía por milímetros.

El Oviedo empezó a carburar con los cambios muy poco a poco, entraron Owusu por Saúl Berjon, Rocha por Pucko y Mossa por un Aaron que volvió a sentir problemas musculares en el minuto 73 de partido.

Los cambios igualaron la partida en el medio del campo, pero no fuimos capaces de crear peligro sobre la portería de Christian, con un Zaragoza mucho mejor plantado sobre el césped, bien cerrado y que estaba mucho mejor situado para ir a la contra, desperdiciando una buena ocasion Borja Iglesias en el 91, pero ya no se iba a mover el resultado.

Ambos equipos han desperdiciado una gran ocasion y ahora el Real Oviedo debe de ir a por los puntos en el mini estado, ante un Barça B con muchísima calidad y hecho a golpe de talonario, que encima ha descansado está semana al ser suspendido su partido en Tarragona, veremos como reacciona el equipo ante un rival que quiere el balón y deja jugar.



El mejor: Un gol que merece un reconocimiento individual, Aaron Ñiguez.

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